Litiasis renal - Piedras en el riñón

Las pruebas diagnósticas que se realizan son: radiografía de abdomen, urografía endovenosa, urografía retrógrada, ecografía abdominal y tomografía computarizada.

Esta última actualmente es el medio más utilizado de diagnóstico e indispensable, para identificar tamaño y localización de las piedras; así como observar alguna variante anatómica.

Los cálculos pequeños con síntomas mínimos, pueden tratarse,bebiendo agua, con analgesicos y “alfabloqueantes” que relajan el uréter y ayuda a expulsar el cálculo.

Los cálculos grandes o con síntomas intensos, y que no se pueden tratar con medidas conservadoras; ocasionando dolor frecuente, infecciones, sangrado o daño en el riñón, necesitan medidas y tratamientos más complejos.

Consiste en la extracción quirúrgica de un cálculo renal mediante instrumentos y telescopios pequeños que se introducen a través de una pequeña incisión que se realiza en la espalda.

Te darán una anestesia general durante la cirugía y permanecerás en el hospital durante uno o dos días para recuperarte.

Para extraer un cálculo pequeño alojado en el uréter o en el riñón, se puede introducir un tubo delgado que posee una luz y una cámara (ureteroscopio) a través de la uretra y de la vejiga hasta llegar al uréter. Y con herramientas especiales se puede atrapar el cálculo y romperlo en trozos que se eliminarán con la orina. Después, colocamos un pequeño tubo (stent o catéter doble j) en el interior del uréter para mejorar la hinchazón y promover la cicatrización. Posiblemente, necesites anestesia local o general durante este procedimiento.

Solamente se utiliza en casos especiales, donde el cálculo es muy grande o alguna contraindicación a los tratamientos antes mencionados. Teniendo la ventaja de ser un procedimiento mínimo invasivo y teniendo una recuperación más rápida.